sábado, 17 de diciembre de 2016

Impuesto a las Ganancias

"La discusión sobre Ganancias es para el 3 por ciento de la población que más gana", dijo el Presidente Mauricio Macri hace unos días. Sí, Macri, el mismo que en campaña hizo la marketinera promesa capta-votos de que ningún trabajador iba a pagar ganancias. Una de sus tantas promesas marketineras, y una de sus tantas promesas incumplidas.
Estoy de acuerdo que el llamado impuesto a las ganancias solo afecta a una minoría (aunque no se identifica con el 3% que más gana, y afecta a más del 3%). Y, claramente, hay discusiones más urgentes (¿cómo viene el temita de Pobreza Cero?, por ejemplo). Eso no impidió, sin embargo, que al gobierno de Cristina Kirchner le hayan hecho 5 paros por este tema, todos apoyados por la entonces oposición (hoy oficialismo) y los sindicatos que, pese a reconocer que hoy las cosas están peor, se volvieron “dialoguistas”. Y eso que al momento de esos paros pagaba este impuesto la mitad de personas que ahora… ¿Entonces?. Repasemos primero algunos conceptos.
¿Qué es un Impuesto?
Un impuesto es un aporte coercitivo que los particulares hacen al sector público, sin especificación concreta de las contraprestaciones que deberán recibir. Es una carga obligatoria que se impone, que hay que pagar por el solo hecho de vivir en determinada sociedad, bajo determinadas leyes, y cuya finalidad es financiar el Estado y las políticas que éste lleva adelante.
¿Qué es el Impuesto a las Ganancias?
En Argentina, este impuesto grava los ingresos de las personas físicas, los beneficios de las sociedades y las ganancias obtenidas en el país por residentes en el exterior. Básicamente es un tributo que pagan aquellos trabajadores que tienen un ingreso superior a determinado monto llamado “mínimo no imponible”. Y, a su vez, entre los que sí deben tributar este impuesto se aplica una escala. El impuesto a las ganancias es un impuesto progresivo, por lo tanto, ante una mayor base imponible del impuesto, mayor alícuota se cobrará al sujeto. Es decir, los que ganan más, pagan más, pero no solo nominalmente sino también proporcionalmente.
Desde algunos sectores se lanza el siguiente slogan de campaña: “el salario no es ganancia”. Es verdad. Pero se soluciona muy fácil: se le cambia el nombre por “impuesto a los ingresos”. El salario sí es un ingreso. Y quitarle algo al que gana mucho para redistribuirlo y darle al que tiene poco es justo.
          Hechas estas aclaraciones, hagamos un punteo sobre la situación actual de la modificación al impuesto a las ganancias, y algunas opiniones y planteos para seguir pensando juntos.
Partimos del siguiente dato: hay muchas personas que hoy pagan impuesto a las ganancias y no deberían pagarlo (así como hay algunas personas que no pagan y deberían hacerlo).También hay algunos que debieran pagar pero menos (y otros que debieran pagar más).
Sin embargo, es conveniente desenmascarar algunas mentiras macristas (o de Cambiemos, como más les guste):
“El kirchnerismo no puede opinar porque no hizo nada sobre el tema en 12 años”
¿Qué se le puede criticar al kirchnerismo en este tema?. No modificó las escalas, no mejoró el tema de las posibles deducciones (alquiler de vivienda única, educación), y no subió el mínimo no imponible. A su vez, tampoco avanzó en impuestos a otros sectores (minería, juego, renta financiera, inmuebles ociosos) para compensar el costo de realizar esas modificaciones. Y como muestra de coherencia, les dejo lo que escribía sobre el mismo tema hace casi 2 años: #31M: Repensando el Paro por el Impuesto a las Ganancias.
Sin embargo, gracias al Decreto 1242/13, vigente de agosto 2013 hasta que Macri lo derogó en febrero de 2016, pagaba impuesto a las ganancias un 10 u 11% de los trabajadores. Si se incluye el empleo informal estaríamos en un 6 a 8% del total de los trabajadores. Durante estos meses del gobierno de Macri el impuesto alcanza a casi un 20% de los trabajadores. Y con el proyecto del Poder Ejecutivo que modificaba la escala algunos de los que ya pagaban iban a tributar menos, pero iban a empezar a pagar otros que hoy por hoy no lo hacen (porque reducía algunas deducciones importantes).
Así y todo, reitero, ese decreto no era la solución. Me hubiese gustado que el gobierno anterior haya avanzado con una reforma tributaria integral y progresiva, inclusive más allá de ganancias.
Para ir cerrando este apartado… si la propuesta es superadora, y coherente con su plataforma, su postura ideológica, ¿por qué razón los legisladores kirchneristas debieran dejar de presentar sus proyectos?.
“La discusión por ganancias solo le interesa a un sector minoritario de la población”
Comparto. Le interesa, principalmente, al sector que paga. Aunque también es cierto que si ese dinero que se le retiene al trabajador le queda en el bolsillo, seguramente vuelve al circuito de consumo, reactivando la economía, aumentando las ventas, generando trabajo.
Por otra parte, no parecía ser la opinión de Macri, ni de Cambiemos, ni de los comunicadores en los medios, cuando se hicieron 5 paros por ese tema entre 2012 y 2015. Y eso que pagaba el impuesto la mitad de las personas que paga ahora. Por último, me pregunto, ¿por qué fue uno de los temas principales en la campaña electoral si no le importaba a casi nadie?. Para pensarlo…
“No prometimos eliminar el impuesto a las ganancias”
¿Hace falta explicar algo en este punto?. Me limito a invitarlos a ver el spot de campaña… No dejen de (volver a) verlo. Clarísimo.
“Fue una promesa que hicimos sin saber bien los números que heredábamos”
¿Imprudencia?. ¿Impericia?. ¿Impunidad?.
No sabían los números pero pidieron 4 sesiones especiales entre 2011 y 2014 para aprobar un proyecto al respecto.
Ahora no dan los números, pero bien que pudieron sacar retenciones a las mineras, al campo, y perdonar deudas millonarias a las empresas de energía eléctrica (además del tarifazo, claro está).
“La oposición no puede decidir las políticas fiscales”
“La oposición quiere desestabilizarnos irresponsablemente”
“La sanción de diputados es una irresponsabilidad y un acto de demagogia”
            Muchos critican al kirchnerismo por proponer ahora lo que antes no hizo. Sin embargo, esos mismos pidieron y apoyaron 4 sesiones especiales en 3 años para aprobar un proyecto que modificaba el impuesto a las ganancias. La del 30 de marzo de 2011 estuvo a un diputado de lograr quórum. El PRO, la UCR, la CC, que en esa época eran oposición y convocaban esas sesiones, ¿podían decidir políticas fiscales?, ¿querían desestabilizar al gobierno?. Respondería afirmativamente ambas preguntas…
            Lo cierto es que históricamente en el mundo, y constitucionalmente en nuestro país, corresponde a los representantes del Pueblo, a los diputados, decidir en materia impositiva.
            Lo raro es que Macri no considere demagogia su promesa realmente irresponsable y no cumplida, y sí lo haga con un proyecto sancionado por los representantes del Pueblo, elegidos democráticamente, y que es en beneficio del pueblo trabajador.
“Si se aprueba así, los gobernadores van a tener que explicar en sus territorios por qué no hay obras ni fondos para lo necesario”
Parece extorsión. Y lo es. Así construyó mayoría en el Congreso el macrismo, siendo que perdió todas las elecciones legislativas (en el balotaje no se elegían diputados y senadores). Presiona con la caja a los gobernadores para que manden votar a sus legisladores. ¿Cambiamos?.
“Este proyecto no se puede tratar así, a las apuradas”
Es irónico que se plantee así cuando es un proyecto tratado en sesiones extraordinarias, algo que fue decidido exclusivamente por el Poder Ejecutivo. Es decir, se trató así, a las apuradas, porque Macri así lo quiso. ¿Saben cuándo se presentó el proyecto del ejecutivo? El 22 de noviembre. ¿Saben cuándo convocó a sesiones extraordinarias incluyendo el tratamiento de ese proyecto?. El 23 de noviembre, es decir, al día siguiente. ¿Saben cuándo se sancionó en diputados?. El 6 de diciembre. ¿Y el gobierno se queja de que se trató a las apuradas?. Increíble.
En breve se tratará en el Senado. Si se modifica, que parece lo más probable, vuelve a Diputados. El final es incierto. Por ahora, y como casi siempre, ganan los mismos. Los números tienen que cerrar con la gente adentro. Por eso te invito, para ir terminando, a mirar los números de ganancias

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿Cómo pudo ganar un Donald Trump?

EEUU eligió presidente: Donald Trump. Un empresario multimillonario, un outsider de la política (o antipolítico), grotesco, misógino, xenófobo, es presidente de la potencia mundial. ¿Lo hubieses votado?.
Es una expresión más de este clima epocal donde las sociedades se cansaron de la política. Y se cansaron de la política porque se cansaron de los políticos. Y se cansaron de los políticos, en gran parte, por culpa de los mismos políticos. Se convirtieron en una casta, una elite, una clase dirigente alejada del pueblo, que ya no representa a nadie, que defiende sus privilegios y vive cada vez mejor mientras una mayoría vive cada vez peor.
Donald Trump expresó la necesidad de un cambio. Hay cierto discurso antisistema (anticorrupción también), porque no se puede seguir así. En Grecia y España, con Syriza y Podemos, también se expresó esa voluntad de cambio pero desde otra mirada. Sin embargo son la excepción ya que mayormente, a nivel mundial, este descontento se vehiculiza en propuestas que se suelen llamar, simplificando tal vez demasiado, “conservadurismo de derecha”...
Pero no podemos desconocer la voluntad popular. El Pueblo, o al menos los que fueron a votar, millones de personas, y de acuerdo al sistema electoral de su país, llevaron a que Trump sea presidente (o, de mínima, que no lo sea Hillary Clinton). Y los que no fueron, de mínima, no estaban preocupados por el resultado, sea cual fuese.
Algunos, decididamente, votaron contra Hillary Clinton. La misma de siempre. La primera dama, la secretaria de estado, la candidata, y la que quería ser presidenta. La que pertenece a la casta, a la elite, al statu quo. (También es la que orquestó una guerra civil en Siria en beneficio de Israel, entre tantas otras cosas, según se lee en sus correos electrónicos filtrados por wikileaks). ¿Qué hubiese pasado si el candidato demócrata era Bernie Sanders?.
Otros, sin embargo, votaron a favor de Trump. Una cantidad interesante porque se veían reflejados en sus propuestas contra los inmigrantes, contra los musulmanes, a favor de la tortura… Pero hay más. Ignacio Ramonet nos ayuda entender…
El éxito de Donald Trump ( como el ‘Brexit’ en el Reino Unido, o la victoria del ‘no’ en Colombia ) significa primero una nueva estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión. Pero significa también que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica se van a barajar de nuevo. Otra partida empieza. Entramos en una era nueva cuyo rasgo determinante es lo ‘desconocido’. Ahora todo puede ocurrir.
¿Cómo consiguió Trump invertir una tendencia que lo daba perdedor y lograr imponerse en la recta final de la campaña ? Este personaje atípico, con sus propuestas grotescas y sus ideas sensacionalistas, ya había desbaratado hasta ahora todos los pronósticos. Frente a pesos pesados como Jeb Bush, Marco Rubio o Ted Cruz, que contaban además con el resuelto apoyo del establishment republicano, muy pocos lo veían imponerse en las primarias del Partido Republicano, y sin embargo carbonizó a sus adversarios, reduciéndolos a cenizas.
Hay que entender que desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido) ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, se han multiplicado los terremotos electorales (entre ellos, el Brexit). Los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.
Ese fenómeno ha llegado a Estados Unidos, un país que ya conoció, en 2010, una ola populista devastadora, encarnada entonces por el Tea Party. La irrupción del multimillonario Donald Trump en la Casa Blanca prolonga aquello y constituye una revolución electoral que ningún analista supo prever. Aunque pervive, en apariencias, la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos, la victoria de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, muy distinto del tono habitual de los políticos estadounidenses, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha. Para muchos electores irritados por lo « políticamente correcto », que creen que ya no se puede decir lo que se piensa so pena de ser acusado de racista, la « palabra libre » de Trump sobre los latinos, los inmigrantes o los musulmanes es percibida como un auténtico desahogo.
A ese respecto, el candidato republicano ha sabido interpretar lo que podríamos llamar la « rebelión de las bases ». Mejor que nadie, percibió la fractura cada vez más amplia entre las élites políticas, económicas, intelectuales y mediáticas, por una parte, y la base del electorado conservador, por la otra. Su discurso violentamente anti-Washington y anti-Wall Street sedujo, en particular, a los electores blancos, poco cultos, y empobrecidos por los efectos de la globalización económica.
Hay que precisar que el mensaje de Trump no es semejante al de un partido neofascista europeo. No es un ultraderechista convencional. Él mismo se define como un «conservador con sentido común» y su posición, en el abanico de la política, se situaría más exactamente a la derecha de la derecha. Empresario multimillonario y estrella archipopular de la telerrealidad, Trump no es un antisistema, ni obviamente un revolucionario. No censura el modelo político en sí, sino a los políticos que lo han estado piloteando. Su discurso es emocional y espontáneo. Apela a los instintos, a las tripas, no a lo cerebral, ni a la razón. Habla para esa parte del pueblo estadounidense entre la cual ha empezado a cundir el desánimo y el descontento. Se dirige a la gente que está cansada de la vieja política, de la « casta ». Y promete inyectar honestidad en el sistema ; renovar nombres, rostros y actitudes.
Los medios han dado gran difusión a algunas de sus declaraciones y propuestas más odiosas, patafísicas o ubuescas. Recordemos, por ejemplo, su afirmación de que todos los inmigrantes ilegales mexicanos son “corruptos, delincuentes y violadores”. O su proyecto de expulsar a los 11 millones de inmigrantes ilegales latinos a quienes quiere meter en autobuses y expulsar del país, mandándoles a México. O su propuesta, inspirada en « Juego de Tronos », de construir un muro fronterizo de 3.145 kilómetros a lo largo de valles, montañas y desiertos, para impedir la entrada de inmigrantes latinoamericanos y cuyo presupuesto de 21 mil millones de dólares sería financiado por el gobierno de México. En ese mismo orden de ideas : también anunció que prohibiría la entrada a todos los inmigrantes musulmanes…Y atacó con vehemencia a los padres de un militar estadounidense de confesión musulmana, Humayun Khan, muerto en combate en 2004, en Irak.
También su afirmación de que el matrimonio tradicional, formado por un hombre y una mujer, es “la base de una sociedad libre”, y su critica de la decisión del Tribunal Supremo de considerar que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho constitucional. Trump apoya las llamadas “leyes de libertad religiosa”, impulsadas por los conservadores en varios Estados, para denegar servicios a las personas LGTB. Sin olvidar sus declaraciones sobre el “engaño” del cambio climático que, según Trump, es un concepto “creado por y para los chinos, para hacer que el sector manufacturero estadounidense pierda competitividad”.
Este catálogo de necedades horripilantes y detestables ha sido, repito, masivamente difundido por los medios dominantes no solo en Estados Unidos sino en el resto del mundo. Y la principal pregunta que mucha gente se hacía era : ¿ cómo es posible que un personaje con tan lamentables ideas consiga una audiencia tan considerable entre los electores estadounidenses que, obviamente, no pueden estar todos lobotomizados ? Algo no cuadraba.
Para responder a esa pregunta tuvimos que hendir la muralla informativa y analizar más de cerca el programa completo del candidato republicano y descubrir los siete puntos fundamentales que defiende, silenciados por los grandes medios.

1) Los periodistas no le perdonan, en primer lugar, que ataque de frente al poder mediático. Le reprochan que constantemente anime al público en sus mítines a abuchear a los “deshonestos” medios. Trump suele afirmar: «No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación » . En un tweet reciente, por ejemplo, escribió : «Si los repugnantes y corruptos medios me cubrieran de forma honesta y no inyectaran significados falsos a las palabras que digo, estaría ganando a Hillary por un 20%.
Por considerar injusta o sesgada la cobertura mediática, el candidato republicano no dudó en retirar las credenciales de prensa para cubrir sus actos de campaña a varios medios importantes, entre otros : The Washington Post, Político, Huffington Post y BuzzFeed. Y hasta se ha atrevido a atacar a Fox News, la gran cadena del derechismo panfletario, a pesar de que lo apoya a fondo como candidato favorito…
2) Otra razón por la que los grandes medios atacaron con saña a Trump es porque denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media. Según él, la economía globalizada está fallando cada vez a más gente, y recuerda que, en los últimos quince años, en Estados Unidos, más de 60.000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron.
3) Es un ferviente proteccionista. Propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. «Vamos a recuperar el control del país, haremos que Estados Unidos vuelva a ser un gran país. », suele afirmar, retomando su eslogan de campaña.
Partidario del Brexit, Donald Trump ha desvelado que, una vez elegido presidente, tratará de sacar a EE.UU. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). También arremetió contra el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y aseguró que, de alcanzar la Presidencia, sacará al país del mismo : « El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos. »
En regiones como el rust belt, el «cinturón del óxido» del noreste, donde las deslocalizaciones y el cierre de fábricas manufactureras dejaron altos niveles de desempleo y de pobreza, este mensaje de Trump está calando hondo.
4) Así como su rechazo de los recortes neoliberales en materia de seguridad social. Muchos electores republicanos, víctimas de la crisis económica del 2008 o que tienen más de 65 años, necesitan beneficiarse de la Social Security (jubilación) y del Medicare (seguro de salud) que desarrolló el presidente Barack Obama y que otros líderes republicanos desean suprimir. Tump ha prometido no tocar a estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los «sin techo», reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos.
5) Contra la arrogancia de Wall Street, Trump propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds que ganan fortunas, y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo. Obviamente, todo el sector financiero se opone absolutamente al restablecimiento de esta medida.
6) En política internacional, Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a la Organización Estado islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Aunque para ello Washington tenga que reconocer la anexión de Crimea por Moscú.
7) Trump estima que con su enorme deuda soberana, los Estados Unidos ya no disponen de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada. Ya no pueden imponen la paz a cualquier precio. En contradicción con varios caciques de su partido, y como consecuencia lógica del final de la guerra fría, quiere cambiar la OTAN : « No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN. »
Todas estas propuestas no invalidan en absoluto las inaceptables, odiosas y a veces nauseabundas declaraciones del candidato republicano difundidas a bombo y platillo por los grandes medios dominantes. Pero sí explican mejor el por qué de su éxito.
En 1980, la inesperada victoria de Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos había hecho entrar el planeta en un Ciclo de cuarenta años de neoliberalismo y de globalización financiera. La victoria hoy de Donald Trump puede hacernos entrar en un nuevo Ciclo geopolítico cuya peligrosa característica ideológica principal –que vemos surgir por todas partes y en particular en Francia con Marine Le Pen – es el ‘autoritarismo identitario’. Un mundo se derrumba pues, y da vértigo.

martes, 1 de noviembre de 2016

Polémica: nuevo aumento de sueldo para diputados y senadores

En la carrera de los salarios contra la inflación de este año, los legisladores nacionales se colocan claramente en el podio de los triunfadores”, dice La Nación al inicio de una nota. “Polémica por un fuerte aumento en la dieta de diputados y senadores”, titula Clarín su artículo sobre el mismo tema. Mientras que La Izquierda Diario sentencia: “El aumento del 47 % en las dietas de diputados y senadores generó gran indignación popular”. Ojalá, agrego yo.
Según calculan algunos, “$141.000 es el monto al que podría llegar un legislador que cobra su salario más los adicionales por desarraigo y viáticos (pasajes terrestres y de avión), pudiendo canjear estos últimos por dinero en caso de no ser utilizados”. Y, por si algo le faltaba esta historia, la diputada nacional mendocina de Cambiemos, Susana Balbo, afirmó lo siguiente “deberíamos ganar el doble”.
La decisión fue tomada por los presidentes de la Cámara de Senadores, Gabriela Michetti, y de Diputados, Emilio Monzó, ambos de Cambiemos, la Alianza gobernante. Y vos, ¿qué pensas sobre este nuevo aumento salarial de nuestros legisladores nacionales?.
Personalmente, le voy a dar la razón a la diputada Balbo. ¿¡¿Qué?!?. Sí, lo que leíste. Dijo la legisladora: “Si yo lo comparara con los sueldos que tienen personas que están en mi empresa, que tienen mucha menos responsabilidad que la de un diputado que está legislando para el país, deberíamos ganar el doble”.
En febrero de 2012 ya se había vivido una polémica similar. En aquella oportunidad escribí un artículo titulado “Aumento a Diputados y Senadores Nacionales”. Allí decía: “Desde un lado se habla de polémico aumento, irritante, al decir que los legisladores se aumentaron la dieta en un 100%. Se critica el hecho de que sea en un contexto de ajuste, de quita de subsidios, y negando la inflación. Se cuestiona la desproporción con los aumentos a negociar en las paritarias de los trabajadores. Y los opinadores amateurs, influenciados por los opinadores pagos, no hacen más que quejarse e indignarse, repartiendo insulto a mansalva. Reaparece, o resurge, el discurso antipolítico”.
Estamos hablando de legisladores nacionales. Un diputado es un representante del Pueblo, elegido por el Pueblo. Los legisladores nacionales pueden sancionar leyes, dejar de sancionarlas, o derogarlas, y con ese simple voto pueden hacer felices a millones de personas o arruinar sus vidas.
Y bueno, me dice uno, esos tipos no laburan nunca, se la afanan toda, y no hacen nada por la gente. Eso ya es otra cosa. Y quizás ahí debemos poner el eje del debate. No importa si poco más de 300 tipos se suben el sueldo unos quince mil pesos cada uno por mes. Dentro del presupuesto es un porcentaje ínfimo. El problema es que los actuales diputados y senadores nacionales, en su gran mayoría, no se la merecen, no se la ganan, y su trabajo realizado no lo vale. Pero esto es de todos los días. Y nos tenemos que indignar, reaccionar y accionar, más allá de una tapa oportuna de Clarín o un título interesado de TN.
Los legisladores nacionales, en su mayoría, no representan a nadie. ¿Y por qué llegan ellos?. ¿Y por qué los terminamos votando?. Hoy, lamentablemente, difícilmente pueda hacer política partidaria con chanches reales de acceder a un cargo electivo el que no tiene plata. Ahora, imaginémonos que algún día llegase un laburante, de esos que hoy hacen malabares para llegar a fin de mes con su familia, y que trae propuestas posibles, realizables, por el bien del Pueblo. ¿Alguno se molestaría porque cobre $140.000 al mes?.
Y no quiero caer en esos pensamientos que también se escucharon estos días: “un sueldo alto evita la corrupción”. El corrupto lo es con sueldo bajo o con sueldo alto, aunque lo que pueden variar son las tentaciones. Es cierto que lo que tiene que caer mal no es el aumento sino las coimas, como dijo algún diputado. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.
Indigna que los diputados y senadores nacionales se aumenten el sueldo a sí mismos, en un porcentaje tan elevado, desproporcionado con respecto a las paritarias de los trabajadores, ganando 10 a 12 veces lo que cobra un docente, en un contexto de ajuste, de aumento de la desocupación, de incremente de la pobreza, de tarifazos… Indigna.
Entonces, ¿qué alternativas existen?.
Miriam Bregman, diputada nacional, declara: “Desde el primer día que llegamos al Congreso con mi compañero Nicolás del Caño presentamos un proyecto para que los diputados cobren el equivalente a un sueldo docente. Eso hacemos los diputados del PTS-FIT, y además destinamos el excedente al apoyo a las luchas de los trabajadores y causas populares”.
Por su parte, el legislador porteño de Bien Común, Gustavo Vera, lleva devuelto a diferentes organizaciones de la sociedad civil, ante escribano público, la suma de $860.000 pesos de su salario, a lo largo de los 34 meses de su mandato. “De esa manera, Vera cumplió con una de sus promesas de campaña que era la de quedarse con el salario de un director de escuela y devolver el resto del dinero como legislador a diferentes organizaciones educativas, deportivas, culturales, sindicales y sociales”.
Para ir finalizando, me pregunto: si un diputado o senador nacional honrase su trabajo y lograse que se sancionen leyes que eviten el endeudamiento público sideral que fomentan desde organismos internacionales, o que no permitan la transferencia de ingresos de los sectores vulnerables a los más poderosos, o, mejor aún, logre que avancen iniciativas legislativas que mejoran la calidad de vida de millones de personas, que generen trabajo digno, mayor poder adquisitivo en la gente, acceso a una vivienda, a la educación, a la salud… ¿acaso no estaríamos de acuerdo en que tiene más que merecido el actual salario?.

Pero sucede que solo excepcionalmente llegan a esos cargos aquellos que viven el día a día como nosotros. Suelen llegar los de siempre, la clase dirigente, la elite, la jerarquía, la casta, los de arriba, los que siempre ganan y nunca pierden... Por eso vuelvo a preguntarme: Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?.

viernes, 28 de octubre de 2016

Una nueva oportunidad...

Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?. Nuestro querido país ha sido gobernado por los militares, y nos fue muy mal. También fuimos gobernados por los llamados dirigentes políticos y, con sus matices, seguimos disconformes. Ahora son los empresarios, los CEOs, los que están en el gobierno, y vemos que las cosas empeoran o, de mínima, no mejoran como esperábamos.
Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?. Hasta ahora nos han gobernado personas que no viven el día a día como nosotros. No les pasó llegar con lo justo a fin de mes, o ni siquiera llegar. No pasaron hambre, frío, y ni siquiera saben lo que es vivir alquilando (quizás conocen lo que es vivir gracias a los alquileres, o la renta financiera). Nunca tuvieron que hacer fila en un hospital público, o pelear una vacante en una escuela. No saben lo que es hacer las cuentas para poder pagar las cuentas, y por eso no entienden si uno reclama por un tarifazo.
No estoy proponiendo la antipolítica, y ni siquiera postulo la no política. Lejos de mí. Estoy convencido que los problemas que nos golpean como sociedad (corrupción, inflación, inseguridad, desocupación, pobreza, etc.) se resuelven con más (y mejor) política. Pero una política encarnada por políticos honestos que sean verdaderos representantes del sentir popular. Ciudadanos haciendo política. Política como vocación de servicio al pueblo, como búsqueda, construcción del bien común. La gente haciendo política con la gente. No los de siempre, la clase dirigente, la elite, la jerarquía, la casta, los de arriba, los que siempre ganan y nunca pierden, sino los que día a día nos esforzamos por hacer de nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país un lugar mejor para nosotros, nuestros padres, nuestros hijos, nuestras parejas, nuestros abuelos, nuestros nietos, nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros conciudadanos… en fin, para todos.
Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?. Mientras el pesimista es un mero espectador de la tragedia humana, el optimista es el verdadero actor que a través de un compromiso de trabajo con la realidad, transformará las lágrimas y las angustias momentáneas, propias y ajenas. Llegó el momento de pasar de la protesta a la propuesta. Sabemos que en nuestras manos no están las soluciones a todos los problemas, pero frente a todos los problemas tenemos que poner y ofrecer nuestras manos. No podemos construir una Nación diferente con un Pueblo indiferente.
Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?. Hay una nueva oportunidad. Generar una política donde se viva la cultura del encuentro, desde el diálogo respetuoso, alejándonos de fanatismos que se benefician del conflicto y atentan contra la unidad que construye.
Es innegable el descreimiento hacia la clase política, la crisis de representatividad. Hace quince años pedimos "que se vayan todos" pero muy pocos se animaron a jugarse y meterse, implicarse y complicarse. Llegó el momento de dejar la queja destructiva y pasar al aporte constructivo. Se puede ser joven, honesto, trabajador, buscar el bien común, meterse en política y llegar sin traicionar los propios principios. Sí, se puede. Podemos.
Si queremos obtener resultados diferentes, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo?. Llegó el momento de cambiar. Llegó el momento de cambiar para mejor. Cambiemos. Podemos. ¡Animate!. Hay una nueva oportunidad…

jueves, 1 de septiembre de 2016

Solidaridad con el Pueblo de Brasil, desde la Patria Grande

Desde Parresía nos solidarizamos con el Pueblo de Brasil, y condenamos fuertemente el golpe que destituyó a la presidenta Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT).
Nosotros nunca vamos a avalar la corrupción, en ninguna de sus formas, pero sabemos que detrás de todo esto hay otros intereses. ¿Quién puede creer que se busca combatir la corrupción cuando se conoce el prontuario de los senadores que fingen indignarse, de Temer y la banda de sus ministros?. No nos dejemos engañar. Es el complejo militar-industrial que a través de su poderío económico, mediático, sigue avanzando sobre América Latina.
En esta ocasión, una vez más, hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco en la Carta que envió a la Argentina en ocasión del Bicentenario: “Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martín y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones”.
Por eso queremos seguir cantando con Calle 13:
La operación cóndor invadiendo mi nido,
¡Perdono pero nunca olvido!

(Vamos caminando)
Aquí se respira lucha.
(Vamos caminando)
Yo canto porque se escucha.

Aquí estamos de pie
¡Que viva Latinoamérica!
”.

http://somosparresia.blogspot.com.ar/2016/09/solidaridad-con-el-pueblo-de-brasil.html

miércoles, 15 de junio de 2016

He votado corruptos…

He votado corruptos. Varias veces. De diferentes partidos políticos. También es cierto que en otras ocasiones he intentado votar personas honestas…
Existe una tensión al momento de sufragar entre la ética del candidato y la ideología del espacio político. No soy de los que separan tan fácilmente la conducta individual de la construcción colectiva. Creo que la corrupción también es un hecho político. Pero, me apresuro a aclarar, también creo que no es el único. Quiero políticos honestos y, a la vez, que gobiernen buscando, construyendo el bien común.
Hoy se instala mediáticamente, con más fuerza, la corrupción kirchnerista. Y no voy a esquivar el bulto. ¿Hubo corrupción en el kirchnerismo?. Desde luego. ¿Los voté?. Sí. ¿Milité activamente en el espacio?. Sí, y especialmente durante estos últimos años. Hasta tuve el honor de trabajar para el Poder Ejecutivo cuando Cristina era presidenta, y para el Bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados. ¿Eso me hace corrupto?. De ninguna manera… Es más, nunca dejé de denunciar la corrupción, ni siquiera cuando trabajaba en el gobierno.
(Y antes de seguir,  una breve y obvia aclaración: hay corrupción en todos lados. No nos olvidemos de jueces, empresarios, periodistas, y gente de a pie...)
He votado corruptos. En mi primera elección, a los 19, voté en blanco para presidente porque ningún candidato me convencía (De la Rúa, Duhalde, Cavallo…). Nunca más volví a hacerlo porque, si bien respeto a los que deciden hacerlo, creo que es mejor elegir uno entre las opciones que hay a que otros elijan por mí. Aunque me equivoque.
En el 2003 voté a Néstor Kirchner, porque no quería una segunda vuelta neoliberal entre Menem y López Murphy. Pesó lo ideológico. Siempre me sedujo el, por así llamarlo, “peronismo de centroizquierda”. Quiero Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. Pero luego, por más de 8 años, no volví a votar al kirchnerismo. En ninguna elección. Sé que algunos, de un lado y del otro, se sorprenderán por este dato…
En el 2007, en mi etapa más anti-K, voté a Carrió presidente y Macri jefe de gobierno. Sí, un anticipo de Cambiemos. Por eso creo entender lo que pasó el año pasado. Porque estuve ahí. Es decir, como ya dije, he votado corruptos… Y también me he arrepentido de mi voto.
En el 2008, desencantado con las opciones electorales existentes, y junto con un grupo de amigos, decidimos dar un paso más en nuestro compromiso político y nos metimos de lleno en un partido político. Un año después éramos candidatos. Y nos votamos a nosotros mismos. ¿Convencidos?. Sí por nosotros. Pero les juro que también estábamos convencidos que en esa misma lista se habían filtrado corruptos. Y, así y todo, quizás era la boleta con menos corruptos…
A lo largo de mi vida he votado, siempre en el marco de algunas coincidencias programáticas, políticas, candidatos que me parecían honestos (y seguramente muchos de ellos lo son). Me pasó con Gustavo Béliz, Jorge Srur, el Juez Cruciani, y algunos menos conocidos de la izquierda. No acordaba con todas sus propuestas (¿acaso eso es posible?), pero claramente que la virtud de la honestidad sumaba. También sé que no alcanza. Es condición necesaria pero no suficiente.
¿Y qué hacer cuando no hay candidatos honestos que, además, me representen políticamente?. Involucrarse. Meterse. Comprometerse. Participar. Es cierto que no es fácil. Es verdad que los que “viven de la política” llevan las de ganar. Pero si seguimos haciendo lo mismo nunca vamos a cambiar nada. Y hablo de cambiar en serio y para mejor… ¿Te animas?. Escribime…

No me agradan muchos de los funcionarios oficialistas, algunos por su formación ideológica y otros porque están justificadamente sospechados de corrupción” (¿Soy kirchnerista?, octubre de 2010)
Ojalá se tomen acciones decididas, valientes, para combatir la corrupción. Me darían más ganas de votarlos, y de militar más activamente esta concreción del proyecto nacional y popular” (¿Se puede votar alkirchnerismo sin ser K?, agosto de 2013)
Repudio la corrupción en todos sus niveles… Hay corrupción. De hecho, hay funcionarios importantes procesados” (Relatos salvajes: crispación,grieta y fin de ciclo, abril de 2015)
Algunos me dicen que se quiere acabar con la corrupción. Puede ser. De hecho (casi) todos estamos en contra de la corrupción. Queremos memoria, verdad y justicia también en este tema. Pero si realmente ese hubiese sido el motor del voto, no estaríamos en este escenario de segunda vuelta entre Scioli y Macri. El Pueblo no quiere corruptos, pero no parece ser el mensaje de las urnas” (Cambiemos para la Victoria, octubre de 2015)
Ojalá que:
-         Hayan votado por menos corrupción y más honestidad
-         Hayan votado por acabar con la impunidad y las mafias
-         Hayan votado por unir realmente a los argentinos
-         Hayan votado pensando en los más pobres
-         Hayan votado pensando en un país mejor para todos
-         Hayan votado pensando en un cambio para mejor…(Ojalá, noviembre de 2015)

Allá por 2005, hace más de 10 años, inauguraba mi blog escribiendo sobre una de las peores tragedias que sacudió a nuestro Pueblo: Cromañón. Y siempre dije que a esos pibes los mató la corrupción. Escribí en esa oportunidad: ¿Por qué sucedió esta tragedia?. Por culpa del hombre. No hay duda. Empresarios inescrupulosos que, por ganar dinero, no cumplen con las medidas de seguridad. Funcionarios que, por coima o inoperancia, no realizan los controles debidos” (Cromañón y el misterio del dolor, enero de 2005). Por esa razón, y pese a estar en algunas ocasiones en el mismo espacio político que yo, nunca voté a Aníbal Ibarra. Porque la corrupción mata

Nosotros somos Parresía, una comunidad de personas cuyo objetivo es colaborar con la construcción de un mundo mejor, sin corrupción, sin mafias, sin esclavos ni excluidos”. Te invitamos a conocernos: Somos Parresía.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Decálogo de Ideas Políticas del Papa Francisco

¿Por qué razón el Papa Francisco está siendo atacado desde diferentes funcionarios o figuras del Gobierno Nacional, de Cambiemos, del Macrismo y también desde algunos sectores del periodismo argentino?.
Cuando el Kirchnerismo era gobierno, se acusaba a Jorge Bergoglio, por entonces Cardenal de Buenos Aires, de ser el Jefe de la Oposición.
Ahora, con Macri presidente, con Cambiemos en el poder, se acusa al Papa Francisco de meterse en la política local enfrentando al gobierno.
¿Y si el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, tal vez no esté haciendo otra cosa que anunciar un mensaje, con palabras, gestos y hechos, y denunciar todo aquello que va en contra de ese mensaje de amor, de paz, de fraternidad, de esperanza, de justicia?.
Para que cada uno saque sus propias conclusiones les dejo un Decálogo de las Ideas Políticas del Papa Francisco. Es un listado personal basado en las palabras del Pontífice que tienen como destinatario al mundo entero…
1) Revalorizar la Política: “la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común”.
2) Participar en Política es responsabilidad de todos: “la participación en la vida política es una obligación moral”.
3) Buscar, Construir el Bien Común: “están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política”. Les pido a quienes tienen responsabilidad política de no olvidar dos cosas: la dignidad humana y el bien común”.
4) Cultura del Encuentro. Tender Puentes: “Es un trabajo lento y arduo que exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una pluriforme armonía”.
5) Poder como Servicio al Pueblo: Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio”.
6) Tierra, Techo y Trabajo para todos: “luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales”.
7) Más Estado, menos Mercado. Inclusión sí, Exclusión no: “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común”. "Hay dos caminos en la vida, el de la exclusión y el de la inclusión”.
8) Privilegiando a los más vulnerables. Mirando desde la periferia: “No dejemos entrar en nuestro corazón la cultura del descarte, porque somos hermanos. No hay que descartar a nadie... La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza”. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social y el «primer principio de todo el ordenamiento ético-social»
9) Honestidad y Coraje; no a la corrupción y las mafias: “La corrupción es como la gangrena del pueblo”. “La escandalosa concentración de la riqueza global es posible por la connivencia de responsables del ámbito público con los poderes fuertes. La corrupción es ella misma también un proceso de muerte: cuando la vida muere, hay corrupción”. “Los mafiosos no están en comunión con Dios”. “Vale la pena ser buenos y honestos”
10) Coherencia y Testimonio: Lo que el Papa dice, hace. Son valiosos sus discursos, pero también sus gestos. Vive lo que anuncia. Y denuncia lo que considera que está mal. Es tan importante lo que dice, como dónde lo dice, a quiénes se los dice y cómo lo dice. Y, fundamentalmente, cómo lo vive.

sábado, 19 de marzo de 2016

#CienDíasDeMacri

Muchos votantes de Macri, ante cada crítica que se le hacía a sus medidas, te decían “hay que darle tiempo”. Si bien no compartía el argumento, lo cierto es que hoy voy a escribir mi primer artículo sobre la presidencia de Macri. Y ya pasaron 100 días, tiempo prudencial para hacer un balance
De entrada aclaro que quiero lo mejor para nuestro país, para nuestro Pueblo. Y lo dejé bien explicitado el mismo día del triunfo de Cambiemos en el balotaje. Plasmé mis expresiones de deseo en un simbólico “Ojalá”…
También quisiera despejar, en la medida de lo posible, todo lo referido al gobierno anterior, la herencia, etc. El primer día de este nuevo gobierno compartía mi análisis de los 12 años anteriores al hablar de las “Luces y Sombras del Kirchnerismo”…
Si bien no hay hechos sino interpretaciones, intentaré un listado de medidas tomadas en estos poco más de tres meses para poder visualizar, antes de analizarlo, el rumbo tomado por el Poder Ejecutivo actual:
-         Nombramientos de varios CEOs en distintos puestos de gobierno
-         Nombramientos de varios familiares de funcionarios en el gobierno
-         Quita de retenciones a sectores concentrados de la economía
-         Baja de impuestos a productos de lujo
-         DNUs varios, incluyendo nombrar 2 jueces de la Corte Suprema
-         Intervención del Afsca
-         Detención ilegal de Milagro Sala
-         Fuga y papelón con los condenados por el Triple Crimen
-         Compra de dirigentes opositores y votos en el congreso
-         Extorsión a gobernadores opositores
-         Cambios en la coparticipación, beneficiando a jurisdicciones de Cambiemos
-         Avanzan causas de corrupción contra el kichnerismo, pero no contra el PRO
-         Viaje de Macri y Massa a Davos
-         No se dice nada sobre Malvinas
-         Algunos funcionarios hablan del número de desparecidos
-         Paritarias con techo
-         Modificación al Impuesto a las Ganancias que perjudica a los trabajadores
-         Otro papelón por el triple crimen: Pérez Corradi
-         Reincorporan y vuelven a despedir a Bevacqua en el INDEC
-         El INDEC no anuncia los índices de precios, inflación, desempleo, pobreza, etc.
-         Liberan el “cepo al dólar”. Arranca en 13, pero llega a 16.
-         Michetti ingresa al país con una valija de joyas, violando la ley nacional
-         Nicky Caputo sigue haciendo negocios con Macri
-         Angelici opera en la justicia para Macri, y hasta su socia Carrió lo denuncia
-         Persecución política a empleados estatales y medios críticos
-         Nombran a Laura Alonso y la hermana de Máxima, sin cumplir las condiciones del puesto
-         No revelan el secreto del acuerdo con Chevrón que antes exigían revelar
-         Allanan dos veces un canal de televisión que critica al gobierno
-         Amenaza al Pueblo: “hacen lo que quiero o hay ajuste e hiperinflación”
-         Viene el presidente de EEUU a la Argentina para el 24/3
-         Blindaje mediático
-         Represión
-         Despidos en el sector estatal, y efecto espejo en el privado. Miles y miles…
-         Tarifazo. Quita de subsidios y, además, aumento del precio
-         Inflación. Aumento descontrolado de precios
-         Pago a los Fondos Buitre
-         Endeudamiento
-         Aumento de la pobreza e indigencia
Algunos pensaban que había una “campaña del miedo”.
Otros sabíamos que, lamentablemente, se podía venir un gobierno así.
Lo avisé en una “Carta a los indecisos”.
Muchos lo avisaron. Pero muchos, parece que más, no quisieron o no pudieron escuchar.
Ya pasaron 100 días. El tiempo ayuda a cicatrizar algunas heridas superficiales pero también hace que, sin tomas las medidas adecuadas, se infecte gravemente.
Fueron 100 días de transferencia de recursos de las clases populares a los sectores más ricos.
Ni una medida a favor del Pueblo.
Es tiempo de despertar. De mandar un mensaje. Movilizarse. Y volver a las urnas en poco más de un año…
Para seguir leyendo, viendo…

#CienDíasDeMacri en C5N