1) La edad mínima
para votar, como tantas otras cosas, es arbitraria. Eso no es bueno ni
malo, simplemente es. Y como tantas otras cosas que se cambian por ley necesita
una mayoría de los llamados representantes del pueblo que acuerden y, haciendo
uso de ese poder transitorio, lo puedan modificar.
2)
En el mundo hay
algunos países donde ya se vota a los 16 años. Brasil y Ecuador son los
ejemplos más cercanos (hay entre 10 y 14, con diversos matices). Actualmente se
está estudiando la posibilidad en Chile, Bolivia, Uruguay e Inglaterra, entre
otros países.
3)
En nuestro país
hay ciudades donde ya se vota a los 16 años, como ser Córdoba y Zapala.
4)
El voto optativo
a cierta edad ya existe en nuestra legislación con los mayores de 70 años.
5) Todo argumento
que haga referencia a nivel de estudio, posibilidad de ser influenciado,
proporcionalidad en determinada clase social, es aplicable actualmente a los
mayores de 18 años y remite peligrosamente al voto calificado. Ser mayor de
18 años no garantiza tener más nivel de estudio que a los 16, ni ser menos
influenciable. Siendo el voto universal, estos argumentos caen por su propio
peso.
6)
Desde un
análisis sociológico y psicoevolutivo, no hay mayores diferencias entre una
persona a los 16 y a los 18 por el mero hecho de tener esa edad. Argumentar
desde ejemplos concretos no tiene validez, sea a favor o en contra. Sí podemos
afirmar, sin embargo, que hoy, a los 16
años, se tiene la posibilidad de acceder a mucha más información que una
persona de 18 (o más) hace 100, 50 o 10 años.
7) ¿Quién y desde
dónde puede decir quién está capacitado para votar y quién no?. En última
instancia volvemos a lo planteado en el punto 1.
8)
En Argentina,
los varones votan a los 18 años desde hace 100.
8.1)
Esto puede hacer pensar que un varón de 18 estaba más
capacitado que una mujer de 40.
8.2)
Esto puede hacer pensar que un varón de 18 años en 1912
es igual a un varón de 18 años en 2012.
9) En Argentina,
la mayoría de edad estuvo establecida a los 21 años hasta el 2009. Es decir, durante 97 años de historia hubo personas
que votaron sin ser mayores de edad. Hoy son mayores de edad a los 18, ¿por
qué no van a poder votar a los 16?.
10) En Argentina, las mujeres votan a los 18
años desde hace 65.
11) En
Argentina, a los 16 años, los adolescentes son imputables penalmente, y pueden trabajar.
12) Esta
modificación legal puede darle un
impulso renovado, necesario, a la formación para la ciudadanía en las escuelas.
Las leyes, muchas veces, cumplen la función de generar lo que dicen, cual
profecía autorrealizadora.
13) Actualmente
lo votantes habilitados son 28,8 millones. Si se aprueba, podrían votar, como
máximo, apenas, 700 mil más. Pasaría a ser, si no me fallan las cuentas, poco
más del 2% del padrón y, al ser optativo, es más difícil que vayan todos. A
esto hay que sumarle que no todos votarán por el mismo partido.
14) Muy posiblemente haya una intencionalidad
partidaria detrás del proyecto. No
soy ingenuo. Como hemos visto, no hay tanto impacto desde los votos
adolescentes. Sí puede generar una percepción de ampliación de derechos, de
participación juvenil, de renovación, que traccione votos (tampoco tantos).
Pero no es ni más ni menos, con sus luces y sombras, lo que ha venido haciendo
el kirchnerismo desde 2003.
15) Hay proyecto de otros partidos políticos
que proponen lo mismo, y fueron presentados con anterioridad. Vale citar
como ejemplo el del Dip. Claudio Lozano que, no habiendo tenido tratamiento en
2010, lo ha representado.
16) Es
cierto que hay temas más importantes, prioritarios. Pero eso podríamos decirlo
de casi cualquier ley que haya sido aprobada. Todos queremos un país con
igualdad de oportunidades reales, sin hambre, sin desocupación, con vivienda,
trabajo, salud y educación de calidad para todos. Quizás, sólo quizás, la formación y la participación política que
pueda generar este cambio colabore a profundizar la lucha por esas causas.
Confío que así será.
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