Las calles parecen desiertas. No
hay colectivos, trenes, subtes, estaciones de servicio, bancos, entre otros
servicios.
Algunos trabajadores adhieren al paro. Muchos quieren ir a trabajar,
pero no pueden. Otros, quizás de los que tributan ganancias, aprovecharon y se
fueron nueve días de vacaciones con solo dos ausencias al trabajo.
¿Por qué se decide ejercer el
derecho constitucional a huelga?. Todos
los organizadores coinciden en que la convocatoria es por el impuesto a las
ganancias. Por lo tanto, empecemos a analizar este punto…
¿Qué es un Impuesto?
Un impuesto es un aporte
coercitivo que los particulares hacen al sector público, sin especificación
concreta de las contraprestaciones que deberán recibir. Es una carga
obligatoria que se impone, que hay que pagar por el solo hecho de vivir en
determinada sociedad, bajo determinadas leyes, y cuya finalidad es financiar el
Estado y las políticas que éste lleva adelante.
¿Qué es el Impuesto a las Ganancias?
En Argentina, este impuesto grava
los ingresos de las personas físicas, los beneficios de las sociedades y las
ganancias obtenidas en el país por residentes en el exterior. El paro hace
referencia solamente a la primera de estas tres categorías, y sobre eso
ampliaremos.
Básicamente es un tributo que
pagan aquellos trabajadores que tienen un ingreso superior a determinado monto
llamado “mínimo no imponible”. Y, a su vez, entre los que sí deben tributar
este impuesto se aplica una escala. El impuesto a las ganancias es un impuesto
progresivo, por lo tanto, ante una mayor base imponible del impuesto, mayor alícuota
se cobrará al sujeto. Es decir, los que ganan más, pagan más, pero no solo
nominalmente sino también proporcionalmente.
Un punteo de ideas sueltas sobre el Paro por el Impuesto
a las Ganancias
•
Es legítimo ejercer el derecho constitucional a huelga. Pero seguramente vamos a coincidir
en que tiene sentido cuando se cree que el reclamo es justo. ¿Se justifica
semejante paro para reclamar que el 10% de los trabajadores de más altos
ingresos pague menos impuestos?.
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Desde algunos sectores se lanza el siguiente
slogan de campaña: “el salario no es
ganancia”. Es verdad. Pero se soluciona muy fácil: se le cambia el nombre
por “impuesto a los ingresos”. El
salario sí es un ingreso. Y quitarle algo al que gana mucho para redistribuirlo
y darle al que tiene poco es justo.
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Desde luego que también hay que quitarle a otros
sectores. Y seguramente con más razón. Estamos hablando de la renta financiera, de la minería, del
juego, de viviendas o terrenos ociosos, de los jueces, etc. Pero, ¿cómo?. Cuando el
Gobierno Nacional tocó intereses de la Oligarquía
Terrateniente y su Sociedad Rural, cuando se metió con la Corporación Mediática,
la Corporación
Judicial, la Corporación Económica y sus Buitres, los
Servicios de Inteligencia, lo quisieron voltear y se la hicieron bastante
difícil. Y los que hoy están en la calle, haciendo piquetes para que los
trabajadores no lleguen a sus trabajos, después no salen a poner el cuerpo para
defender al Gobierno Nacional y Popular.
•
También es cierto que hay controlar cómo se redistribuye lo recaudado.
Debiera llegar a los que menos tienen. Con algunos errores seguramente, este
Gobierno, fiel a su ser peronista, lleva adelante muchísimas políticas de
inclusión social a favor del Pueblo. Asignación Universal por Hijo, Plan
PROGRESAR, Plan PROCREAR, Inclusión Jubilatoria y aumentos, Inversión récord en
Educación, Descenso drástico del Desempleo, Recuperación de las Paritarias, Recuperar Inclusión, agua potable, cloacas, y tantas
otras medidas en lo que ya es más que una DéKada Ganada.
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Pero, en concreto, ¿quiénes pagan hoy el impuesto a las ganancias?. Según el Decreto
1242/13, aún vigente, están exentos “los
sujetos cuya mayor remuneración y/o haber bruto mensual, devengado entre los
meses de enero a agosto del año 2013, no supere la suma de PESOS QUINCE MIL ($
15.000)”. Es decir, aquella persona que en el primer semestre de 2013
cobraba hasta $15.000 de sueldo bruto hoy no tributa. Y no tributa inclusive
aunque hayan tenido varios aumentos, que de hecho los tuvieron. Es decir, un
par de paritarias después, en algunos casos con ya cuatro aumentos, y todavía
siguen sin pagar el impuesto a las ganancias, por lo que hablamos de personas
que ganan más de $15.000 en bruto al día de hoy.
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Según fuentes oficiales, que no me enteré que
hayan sido desmentidas, hablamos de un 10 u 11% de los trabajadores. Si se
incluye el empleo informal estaríamos en un 6 a 8% del total de los trabajadores. Un número
ínfimo.
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¿Se puede
hacer un reclamo a favor de una minoría?. Obvio. Sucede que, en este caso,
la minoría es, dentro del universo de los trabajadores, la más privilegiada.
Eso es lo raro. Muchos trabajadores que no pagan ganancias se ven obligados a
parar, quizás rehenes de decisiones sindicales ajenas a sus intereses, para
defender que los trabajadores que más ganan paguen menos impuestos.
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¿Es justo
reclamar una reforma en el impuesto a las ganancias?. Personalmente creo
que sí, aunque no de una manera demagógica y electoralista como plantean
algunos candidatos. Estamos hablando de una fuente importante de ingresos del
Estado para seguir redistribuyendo a través de políticas sociales. Pero se
puede evaluar la suba del mínimo no imponible, tocar la escala y sus alícuotas,
quizás permitir la deducción del alquiler, así como gravar sectores que hoy
están exentos y a los que ya me referí más arriba. Les dejo una propuesta, a mi
entender, superadora: proyecto
en debate.
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Si bien es
cierto que el impuesto a las ganancias absorbe parte del aumento que pueda
conseguirse en paritarias, no es menos cierto que el Gobierno, con lo
recaudado, hace devoluciones directas/indirectas que también son aprovechadas
por este pequeño sector que tributa. Pensemos en Precios Cuidados, Ahora 12,
SUBEneficio, PROCREAUTO, RENOVATE, y el subsidio
a la electricidad, al gas, al transporte, etc.
•
¿Hay
razones para hacerle un paro a este Gobierno?. Para muchos, sí. Algunos con
buena intención, quizás, y otros no. Lo cierto es que resulta mucho más
defendible un paro exigiendo que se incorporen al circuito formal los empleados
que están “en negro”. Pero la realidad es que no paran ni reclaman por los que
están en el circuito informal, y si ellos no llegan al trabajo, no cobran. Es
decir, el paro parece ser contra los trabajadores más vulnerables.
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También podría reclamarse que ganen más aquellos
que hoy cobran menos de $5.500, que según las estadísticas son la mitad de los
trabajadores argentinos. Pero no. Los sindicalistas que convocan deben estar
pagando el impuesto a las ganancias, por sus salarios altos, pero las bases,
mayormente, no acceden a ese privilegio.
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¿Quiénes son los sindicalistas que convocan y
adhieren?. Barrionuevo, Moyano, Micheli, Sobrero, Plaini, Piumato, Fernández, Maturano,
Genta…
•
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Otro dato a tener en cuenta: en el comercio
minorista se espera que se pierdan ventas por $2.119 millones en el día, estimó la
CAME. Sin embargo, la economía total
registraría pérdidas por, al menos, $3.000 millones.
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¿Cuál es la razón de la fecha elegida?. Algunos
se toman 9 días de vacaciones, con solamente 2 faltas al trabajo, lo que
colabora a que parezca un mayor acatamiento (complementado con los piquetes, la
falta de transporte, etc). Pero también hay otra lectura posible: es un día
hábil menos sin bancos, en este fin de mes con feriados, lo que tal vez retrase
el pago de salarios y les permita a algunas empresas trabajar la plata durante
una semanita más.
•
Llama la atención, o ya no, que la Izquierda le haga paro y
piquete a un Gobierno que reestatizó/nacionalizó Aerolíneas Argentinas, YPF,
AFJP y ahora va por los trenes. ¿Se quedaron sin banderas propias que ahora
levantan las de sectores concentrados de derecha?. Ya lo dijo el gran Armando
Tejada Gómez: “Como el mundo es redondo,
se aconseja / no situarse a la izquierda de la izquierda, / pues, por esa
pendiente, el distraído / suele quedar de pronto a la derecha”.
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No debemos olvidar, además, que si bien hay un
derecho constitucional a la huelga, también existen otros derechos
constitucionales: a trabajar, a transitar, etc. Me llama la atención, o no, que
aquellos que criticaban los piquetes del hambre no se expresen en el mismo
sentido, ni con el mismo énfasis, contra los piquetes para que no paguen
impuesto a las ganancias los salarios más altos.
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Crisis eran las de antes. Se reclamaba comida o
trabajo. Ahora se reclama para que los trabajadores que más cobran, que son el
10%, no paguen impuesto a las ganancias. Estamos mucho mejor. Conquistadas
ganadas, pero que hay que seguir defendiendo.
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Este paro, desde mi humilde punto de vista,
busca un doble objetivo. Por un lado, el explícito, presionar para que el Gobierno suba el mínimo no imponible. Se
disfraza como defensa de los derechos de los trabajadores pero, en definitiva,
apunta a un sector minoritario en el que, paradójicamente, se encuentran los
trabajadores que más cobran. Por otra parte tiene una clara intencionalidad
electoralista, buscando debilitar al Gobierno elegido democráticamente, una vez
más, hace menos de 4 años. Y se aprovecha como una nueva forma de canalizar
enojos de sectores medios, tal como fue la Marcha del #18F por el casi olvidado, y cada vez
menos defendible, fiscal Nisman.
•
Considero que hay una desproporción entre la
medida y el reclamo. Pero, a la vez, creo que, en
palabras de Mario Rapoport, “una
reforma tributaria integral y progresiva, no parcial y regresiva, es
fundamental para profundizar el uso social y productivo del excedente económico
por parte del Estado democrático”, y eso es todavía una deuda pendiente.
Por todo lo dicho, lo explicado,
lo argumentado, es que #YoNoParo y, sin dejar de decir lo que pienso y criticar
lo que haya que criticar, durante este 2015 volveré
a votar a los candidatos de este Proyecto Nacional y Popular…
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